Los aromas secundarios del vino son aquellos que se volatilizan en cualquier parte del proceso de producción.
Las más importantes, y las que tienen mayor impacto sobre el vino, son:
Fermentación alcohólica
Fermentación maloláctica
Crianza en barricas de madera
La fermentación alcohólica: los aromas primarios pueden afirmarse o volatilizarse según las temperaturas a las cuales se fermenta el vino. Este proceso puede realzar los aromas primarios o cambiar el rumbo hacia algo más neutro.
La fermentación maloláctica: en este proceso se desprenden los aromas típicos a mantequilla y nata del chardonnay y otras variedades blancas.
La crianza en barricas de madera: se desprenden aromas típicos como vainilla y coco dependiendo del origen del roble. La canela y el tabaco son propios de las variedades tintas, mientras que el pan tostado, la miel y los aromas de fruta asada caracterizan las variedades blancas. Por último, el aroma tostado proveniente de las barricas puede estar presente en todas las variedades.
Dichos aromas luego se transformaran en aromas terciarios con el envejecimiento en botella y la interacción, a través del corcho, con el oxígeno.
Te invitamos a descubrir el mundo del vino. Desde el proceso de cultivo de la vid, hasta las características propias de cada tipo de uva. Continúa aprendiendo con Vinoteca.